No pudiendo cambiar los hombres, se cambian sin tregua las instituciones.
La ley es inexorable, como los perros: no ladra más que al que va mal vestido.
La ley suprema es el bien del pueblo.
La multitud de leyes frecuentemente presta excusas a los vicios.
Cuando los hombres son puros, las leyes son inútiles; cuando son corruptos, las leyes se rompen.
Lo que los oradores carecen de profundidad lo compensan con longitud
No hay nación tan poderosa como la que obedece sus leyes no desde el miedo o los principios de la razón, sino por la pasión
La sublimidad de la administración consiste en conocer el grado apropiado de las funciones que debe ejercer en diferentes ocasiones
El espíritu de moderación debe ser también el espíritu del legislador
La severidad de las leyes impiden su ejecución