Incluso si la contaminación fuese un riesgo para la vida humana, debemos recordar que la vida en la Naturaleza, sin tecnología, es un matadero al por mayor.
La naturaleza ha puesto en nuestras mentes un insaciable deseo de ver la verdad.
Sólo podemos dominar la naturaleza si la obedecemos.
La naturaleza es verdaderamente coherente y confortable consigo misma.
La proporción entre la obra humana y la naturaleza es la misma que media entre el hombre y dios.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
La poesía, queridos amigos, es la encarnación sagrada de una sonrisa.
Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.
¿Qué diferencia hay entre nosotros, salvo un sueño inquieto que sigue mi alma, pero teme que vive cerca de ti
Elegimos nuestras alegrías y tristezas, mucho antes de que las experimentemos