Salen errados nuestros cálculos siempre que entran en ellos el temor o la esperanza.
En el corazón de todos los inviernos vive una primavera palpitante, y detrás de cada noche, viene una aurora sonriente.
La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.
El precio de la grandeza es la responsabilidad.
La imaginación consuela a los hombres de lo que no pueden ser. El humor los consuela de lo que son.
Un optimista ve la oportunidad en toda calamidad; un pesimista ve una calamidad en toda oportunidad.
Esforzaos por mantener las apariencias: el mundo os dará crédito para el resto.
Una buena conversación debe agotar el tema, no a sus interlocutores.