Cuando se quiere ser agradable en sociedad es preciso resolverse a permitir que muchas cosas que sabemos nos sean enseñadas por personas que las ignoran.
Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.
La sociedad está compuesta de dos grandes clases: los que tienen más comida que apetito y lo que tienen más apetito que comida.
La sociedad es como el aire, necesario para respirar, pero no suficiente para vivir.
A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre.
Dios que nos dio la vida no dio la libertad al mismo tiempo.
La amistad es valiosa, tanto a la sombra como a la luz del sol.
El trabajo hecho a gusto no cansa jamás.
Una sola cosa nos explica bien la historia y es en qué consisten los malos gobiernos.
Un poco de rebelión de vez en cuando es buena cosa.