Y sin embargo hay una luz, una voz, un perfume, un alimento, un abrazo que amo cuando amo a Dios: es la luz, la voz,el perfume, el abrazo, el alimento del hombre interior que está en mí.
Dios es una palabra de cuatro letras. Utilizar o no una palabra, ¿qué importancia tiene? Hay que vivir en Dios, se rece o no.
Se puede olvidar a Dios en los días felices, pero cuando el infortunio llega, siempre es preciso volver a él.
Temo a Dios, y después de Dios temo principalmente al que no le teme.
Ponderemos pérdidas y beneficios y tomemos el partido de que Dios existe. Si ganas, lo ganáis todo; si pierdes, no pierdes nada. Apuesta pues, sin vacilar, por su existencia.
Dos cosas me llenan el corazón con una admiración y una veneración siempre nuevas y siempre crecientes: el cielo estrellado por encima de mí y la ley moral en mi interior.
Como el camino está sembrado de espinas, Dios le ha dado al hombre tres dones: la sonrisa, el sueño y la esperanza.
Actúa de manera que trates a la humanidad tan bien en tu persona como en cualquier otra; siempre y al mismo tiempo como un fin, nunca simplemente como un medio.
Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar.
Ante el sentimiento del deber, enmudecen las más rebeldes pasiones.