La economía como esencia de la vida es una enfermedad mortal, porque un crecimiento infinito no armoniza con un mundo finito.
Todo impuesto debe salir de lo superfluo, y no de lo necesario.
Economía no es avaricia, antes bien, es virtud el guardar para los tiempos calamitosos, aun cuando no sea sino en consideración a los herederos
Creo que el ahorro es esencial para una buena vida
La inflación es la madre del paro, y la ladrona invisible de los que han ahorrado
No es la droga, sino su prohibición, la que destruye la sociedad
La concepción estática hasta ahora dominante llevaba inexorablemente a presuponer que en cierto sentido los recursos estaban dados y eran conocidos, por lo que el problema económico de su distribución se consideraba distinto e independiente del que planteaba la producción de los mismos. En efecto, si los recursos están dados, posee excepcional importancia el cómo habrán de distribuirse entre los diferentes seres humanos tanto los medios de producción como el resultado de los diferentes procesos productivos
El euro está actuando como un centro de desintoxicación de drogadictos en el que estamos metidos a la fuerza y no nos podemos escapar porque la llave la tiene una enfermera gorda llamada Merkel
El opio del pueblo es la expansión crediticia
Caen en la trampa de creer que el estado es también necesario para proteger a los indefensos, pobres y desvalidos (sean “pequeños” accionistas, consumidores de a pie, trabajadores, etc.) sin entender que las supuestas medidas de protección sistemáticamente tienen el efecto, como demuestra la teoría económica, de perjudicar en cada caso precisamente a aquellos a los que se dice proteger, por lo que desaparece también una de las más burdas y manidas justificaciones de la existencia del estado