Cuando se quiere ser agradable en sociedad es preciso resolverse a permitir que muchas cosas que sabemos nos sean enseñadas por personas que las ignoran.
Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos.
La sociedad está compuesta de dos grandes clases: los que tienen más comida que apetito y lo que tienen más apetito que comida.
La sociedad es como el aire, necesario para respirar, pero no suficiente para vivir.
A una colectividad se le engaña siempre mejor que a un hombre.
Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace.
Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren.
El hombre nace libre, responsable y sin excusas.
Basta con que un hombre odie a otro para que el odio vaya corriendo hasta la humanidad entera.
Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad.