La historia no es más que una maldita cosa tras otra.
El valor de la historia no es científico, sino moral. La historia, el liberalizar la mente, profundizar en las simpatías y fortalecer la voluntad, nos permite controlar, no la sociedad, sino algo mucho mucho más importante, a nosotros mismos; nos prepara para vivir de una forma mucho más humana en el presente y enfrentarnos al futuro en lugar de predecirlo.
Si uno pudiera revivir para los otros algunas de las antiguas y complejas intrigas, muertas y cubiertas de telarañas, e insuflar aliento y carácter en los nombres muertos y en los rígidos retratos. Eso, en mi opinión, es historia.
La parte mas filosófica de la historia es hacer conocer las tonterias cometidas por los hombres.
Sin democracia la libertad es una quimera.
El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar.
Triunfan aquellos que saben cuándo luchar y cuándo no.
No será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo, y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje
Así, sólo un gobernante brillante o un general sabio que pueda utilizar a los más inteligentes para el espionaje, puede estar seguro de la victoria
Cada asunto requiere un conocimiento previo