La corona de laurel, donde quiera que aparece, es señal de sinsabores más que de felicidad.
La gloria de los grandes hombres debe medirse siempre por los medios que han empleado para adquirirla.
Siempre hay un lugar en las cumbres para el hombre valiente y esforzado.
Ningún camino de flores conduce a la gloria.
Cuando más grande es vuestra gloria, más cerca estáis de vuestra declinación.
El supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar.
Triunfan aquellos que saben cuándo luchar y cuándo no.
No será ventajoso para el ejército actuar sin conocer la situación del enemigo, y conocer la situación del enemigo no es posible sin el espionaje
Así, sólo un gobernante brillante o un general sabio que pueda utilizar a los más inteligentes para el espionaje, puede estar seguro de la victoria
Cada asunto requiere un conocimiento previo