El hambre espía en la casa de los pobres, pero si la habitan personas trabajadoras, no se atreve a entrar.
El camino hacía la riqueza depende fundamentalmente de dos palabras: trabajo y ahorro.
El obrero tiene más necesidad de respeto que de pan.
Si todo el año fuese fiesta, divertirse sería más aburrido que trabajar.
El trabajo aleja de nosotros tres grandes males: el aburrimiento, el vicio y la necesidad.
El rico está siempre vendido a la institución que lo hace rico.
Un hombre es rico en proporción a las cosas que puede desechar.
Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que determina, o más bien indica, su destino.
Casi todas las personas viven la vida en una silenciosa desesperación.
Vida ciudadana: millones de seres viviendo juntos en soledad.