Una triple bendición son nuestros amigos: vienen, se quedan y se van.
El amigo debe ser como la sangre, que acude a la herida sin esperar que lo llamen.
Si quieres hallar en cualquier lado amistad, dulzura y poesía, llévalas contigo.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
En la prosperidad nuestros amigos nos conocen; en la adversidad los conocemos a ellos.
Se oscurece el sol al mediodía y enmudece la música del alba cuando hay tristeza en el corazón.
La dignidad comienza donde la jactancia acaba
Cada noche morimos; cada mañana nacemos de nuevo. Cada día una nueva vida
En un hombre bueno, el estar triste es impiedad
Sólo el hombre que nada espera es verdaderamente libre