Nuestra felicidad se hace a veces con las cosas que desdeñamos.
Todas las familias felices se parecen entre si, las infelices son desgracias en su propia manera.
La falsa felicidad vuelve duros y soberbios a los hombres, y no se comunica a otros. La felicidad verdadera los torna dulces y sensibles, y halla siempre manera de hacer nuevos participantes de ella.
Es menester, en cuanto esto sea posible, que fundamentéis la felicidad en vosotros mismos, y que encontréis en vuestro ser el equivalente de los bienes que la fortuna os ha rehusado.
Si nos bastase con ser felices, pronto lo conseguiríamos; pero queremos ser más felices que los demás, y ello es muy difícil, tanto más cuanto que consideramos a aquéllos mucho más felices de lo que en realidad son.
Un hijo es un acreedor dado por la naturaleza.
Yo honro con el nombre de virtud a la costumbre de realizar acciones penosas y útiles a los demás.
Lo que hace tan agudo el dolor de los celos, es que la vanidad no puede ayudar a soportarlo.
Los celos pueden constituir un modo nuevo de probar el amor, más pueden también ofender la dignidad de una mujer perfectamente delicada.
El enamorado celoso soporta mejor la enfermedad de su amante que su libertad.