Prosigue, poeta, prosigue siempre hasta el fondo de la noche, con tu voz abierta y libre convéncenos una vez más de que gocemos; por la cultura del poema haz de la maldición una viña canta el fracaso del hombre en un éxtasis de dolor; en los desiertos del corazón que surja la fuente salvadora; en la prisión de sus días enseña la alabanza al hombre libre.
La poesía es el eco de la melodía del universo en el corazón de los humanos.
No digáis que, agotado su tesoro, de asuntos falta, enmudeció la lira: podrá no haber poetas pero siempre habrá poesía.
Al contacto del amor todo el mundo se vuelve poeta.
La poesía no quiere adeptos, quiere amantes.