Los libros han ganado más batallas que las armas.
Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro.
Es un buen libro aquel que se abre con expectación y se cierra con provecho.
Los libros son compañeros, maestros, magos y banqueros de los tesoros de la mente.
Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga.
La conciencia no tiene nada que ver con la moral, ni con la ley y puede entrar con ellas en los más terribles y mortales litigios, pero es inmensamente fuerte, es más fuerte que la pereza, que el egoísmo, que la vanidad.
Se denomina "carácter" al hombre que tiene algunas opiniones e ideas propias, pero que no vive de acuerdo con ellas. Sólo de cuando en cuando deja finamente vislumbrar que piensa de otra manera, que tiene opiniones propias.
Una y otra vez se aferra uno a las cosas a las que ha tomado cariño y piensa que se trata de fidelidad, pero es sólo pereza.
Lo que nunca deseo, ni siquiera en los peores momentos, es un estado intermedio entre lo bueno y malo, una especie de término medio tibio y soportable. No, preferible exagerar el arco -mejor un martirio aún peor y en compensación los momentos felices tanto más esplendorosos.
No hay otra realidad que la que tenemos dentro de nosotros.