El ojo recibe de la belleza pintada el mismo placer que de la belleza real.
La belleza complace los ojos; la dulzura encadena el alma.
Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.
La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica.
¿No ves tú que, entre las humanas bellezas, un bellísimo rostro detiene a los transeúntes mejor que las riquezas que lo encuadran?
Hacerse adulto es aprender a vivir en la duda y a desarrollar, mediante la experiencia, su propia filosofía, su propia moral. Evitar el "prêt-à-penser".
Un respeto creciente a la vida favorece una toma de conciencia de la crisis actual y se acompaña con gestos positivos. Asistimos al nacimiento de movimientos de protección de lo vivo, desde los humanos a los animales y las flores silvestres.