Salen errados nuestros cálculos siempre que entran en ellos el temor o la esperanza.
La desesperanza está fundada en lo que sabemos, que es nada, y la esperanza sobre lo que ignoramos, que es todo.
Es necesario esperar, aunque la esperanza haya de verse siempre frustrada, pues la esperanza misma constituye una dicha, y sus fracasos, por frecuentes que sean, son menos horribles que su extinción.
Nunca será tarde para buscar un mundo mejor y más nuevo, si en el empeño ponemos coraje y esperanza.
La esperanza le pertenece a la vida, es la vida misma defendiéndose.
La poesía, queridos amigos, es la encarnación sagrada de una sonrisa.
Por muy larga que sea la tormenta, el sol siempre vuelve a brillar entre las nubes.
¿Qué diferencia hay entre nosotros, salvo un sueño inquieto que sigue mi alma, pero teme que vive cerca de ti
Elegimos nuestras alegrías y tristezas, mucho antes de que las experimentemos
La verdad es una profunda bondad que nos enseña a estar satisfechos en nuestra vida cotidiana y compartir con la gente esa misma felicidad