Y sin embargo hay una luz, una voz, un perfume, un alimento, un abrazo que amo cuando amo a Dios: es la luz, la voz,el perfume, el abrazo, el alimento del hombre interior que está en mí.
Se puede olvidar a Dios en los días felices, pero cuando el infortunio llega, siempre es preciso volver a él.
Temo a Dios, y después de Dios temo principalmente al que no le teme.
Ponderemos pérdidas y beneficios y tomemos el partido de que Dios existe. Si ganas, lo ganáis todo; si pierdes, no pierdes nada. Apuesta pues, sin vacilar, por su existencia.
Si fuera Dios lo suficientemente pequeño como para ser entendido, entonces no sería lo suficientemente grande como para ser adorado.
Debemos aprender a ver, en los signos de la belleza visible, la belleza todavía mayor, la belleza invisible, la belleza que se manifestará toda la eternidad.
Necesité años para darme cuenta de que llevaba en mí, en mi cuerpo, en mi corazón, en mi alma, un núcleo inextricable de bondad y de maldad.
La relación no depende de ti ni de mí, sino del misterio entre nosotros. Es la reciprocidad del movimiento de cada cual que sale de sí mismo hacia el otro.
En la medida en que uno ama, la vida es un canto de alegría.
Creo en la vocación de cada uno de nosotros. Nos sentimos atraídos por el camino que nos corresponde. Crear las condiciones para la felicidad consiste en saber lo que nos lleva hacia una situación determinada de la vida. Es así como nuestro ser florecerá.