Seguramente existen muchas razones para los divorcios, pero la principal es y será la boda.

El divorcio es el sacramento del adulterio.

El divorcio es, en el mejor de los casos, un fracaso, y nos interesa mucho más buscar curar su causa que completar sus defectos.

El divorcio es un camino hacia la felicidad.

Cuando dirijo, hago de padre; cuando escribo, hago de hombre; cuando actúo, hago el idiota.