Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados los Hijos de Dios.
La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón.
La paz comienza con una sonrisa.
Que tu pensamiento no rebase el tiempo presente; he aquí el secreto de la paz.
Cuando los cinco sentidos y la mente están quietos y hasta la razón descansa en silencio, entonces comienza el conocimiento supremo. Esta serena quietud de los sentidos se llama Yoga.
El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor.
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.
No puede terminarse con la explotación del pobre por medio de la destrucción de unos cuantos millonarios, sino eliminado la ignorancia del pobre y enseñándole a no cooperar con sus explotadores.
Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.
Sé tú mismo el cambio que deseas ver en el mundo.