No hay camino para la paz; la paz es el camino.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados los Hijos de Dios.
La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón.
Que tu pensamiento no rebase el tiempo presente; he aquí el secreto de la paz.
Cuando los cinco sentidos y la mente están quietos y hasta la razón descansa en silencio, entonces comienza el conocimiento supremo. Esta serena quietud de los sentidos se llama Yoga.
Quien no vive para servir, no sirve para vivir.
Da siempre lo mejor de ti, y lo mejor vendrá....
No penséis nunca que un pequeño gesto con vuestro vecino no tiene valor. No es la cantidad de lo que hacemos lo que agrada a Dios, sino la cantidad de amor que ponemos en ello.