No hay camino para la paz; la paz es el camino.
Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados los Hijos de Dios.
La paz no se escribe con letras de sangre, sino con la inteligencia y el corazón.
La paz comienza con una sonrisa.
Cuando los cinco sentidos y la mente están quietos y hasta la razón descansa en silencio, entonces comienza el conocimiento supremo. Esta serena quietud de los sentidos se llama Yoga.
Abandónate al destino y adáptate a las circunstancias, pues lo que está escrito no se borra porque tú quieras. Si sabes que nada puedes hacer contra tu destino, ¿Por qué te produce ansiedad la incertidumbre del mañana? Si no eres tonto, goza del momento presente.
La vida pasa rápida caravana detén tu montura y procura ser feliz.