La razón pura tiene que ceder su imperativo a la razón vital: la vida debe ser vital.
¡Qué triste cosa sería la vida si sólo la razón gobernara nuestras acciones!
Fácil saber quien no tiene la razón, el que ataca en compensación.
La razón humana es una gota de luz en un lago de tinieblas.
Vivo en la mansión de lo posible, tiene más puertas y ventanas que la mansión de la razón.
En cuanto a la lógica, sus silogismos más bien sirven para explicar a otros las cosas ya sabidas, que para aprender.
Dos cosas contribuyen a avanzar: ir más deprisa que los otros o ir por el buen camino.
Hay una pasión superior a todas y es la satisfacción interior por el bien que hacemos a los otros.
A menudo es preferible una falsa alegría a una tristeza cuya causa es verdadera.
Las almas grandes son capaces tanto de los mayores vicios como de las más excelsas virtudes.