No hay nada repartido de modo más equitativo en el mundo que la razón: todo el mundo está convencido de tener suficiente.
La razón pura tiene que ceder su imperativo a la razón vital: la vida debe ser vital.
¡Qué triste cosa sería la vida si sólo la razón gobernara nuestras acciones!
Fácil saber quien no tiene la razón, el que ataca en compensación.
Vivo en la mansión de lo posible, tiene más puertas y ventanas que la mansión de la razón.
Los celos son la medianería entre el amor y el odio.
El hombre más feliz es el que cree serlo.