Ser poeta es más una condición que una profesión.
Para el poeta, para el filósofo, para el santo, todas las cosas son amigas y sagradas, todos los acontecimientos, provechosos, todos los días, santos, todos los hombres, divinos.
La primera tarea del poeta es desanclar en nosotros una materia que quiere soñar.
El poeta es un mentiroso que siempre dice la verdad.
Los poetas inmaduros imitan; los poetas maduros roban; los malos estropean lo que roban, y los buenos lo convierten en algo mejor.
He aquí un buen criterio para medir al genio: observad si progresa o sólo da vueltas sobre sí mismo.
Para la mayoría de los hombres, la experiencia es como las luces de popa de un barco, que iluminan sólo el camino que queda a la espalda.
No hay espiritu perfectamente conformado si le falta sentido del humor.
La fantasía no es otra cosa que un modo de memoria emancipado del orden del tiempo.