La gente goza de tan poca fantasía que tiene que recoger con ansia unos de otros esos pequeños adornos de la conversación. Son como traperos o colilleros de frases hechas.
Las citas son una manera de repetir erróneamente las palabras de otro.
Nada es real hasta que se experimenta; aun un proverbio no lo es hasta que la vida no lo haya ilustrado.
Una colección de bellas máximas es un tesoro más apreciable que las riquezas.
La frase es el alma del pensamiento; con una frase se hiere y hasta se mata. Durante largo tiempo se recuerda y se repite.
Cuando los hombres son puros, las leyes son inútiles. Cuando los hombres son corruptos, las leyes son rotas.
Nunca discutas. Si en sociedad alguna persona difiere de tu modo de pensar, cambia de conversación.
La magia del primer amor consiste en nuestra ignorancia de que pueda tener fin.
Lo mejor que podemos hacer por otro no es sólo compartir con él nuestras riquezas, sino mostrarle las suyas.
Hay personas silenciosas que son mucho más interesantes que los mejores oradores.