Por mucho que conozca todos los misterios que enseña el apóstol, aunque posea toda la ciencia, si no tengo caridad, no soy nada.
La manera de dar vale más que lo que se da.
La caridad comienza en mi casa, y la justicia en la puerta siguiente.
La caridad comienza por nosotros mismos, y la mayoría de las veces acaba donde empieza.
La caridad es un deber; la elección de la forma, un derecho.
La alegría es, ante todo, fomento de la salud.
Un espíritu alegre es la mayor bendición de que un hombre es capaz en este mundo. Y si en este mundo tal felicidad surge del sometimiento de los propios deseos, en el otro vendrá de su cumplimiento.
Un buen libro es un regalo precioso que hace el autor a la humanidad.
En un hombre eminente es loca pretensión creer escapar de la censura, y debilidad el ser deprimido por ésta.
Un débil puede combatir, puede vencer; pero nunca puede perdonar.