Podrán golpearme, romperme los huesos, matarme, tendrán mi cadáver, pero no mi obediencia.
Aprende a obedecer antes de aprender a ordenar.
Haz lo que decimos y no hagas lo que hacemos.
Obedecer es el deber nuestro, es nuestro destino, y aquel que no quiera someterse a la obediencia será necesariamente despedazado.
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
Todos deseamos llegar a viejos y todos negamos que hemos llegado.
Hay libros cortos que, para entenderlos como se merecen, se necesita una vida muy larga.
Mala cosa cuando en el ánimo se representa la temeridad con rostro de valentía, y la cordura con rostro de cobardía.
La paciencia es virtud vencedora. La impaciencia es vicio del demonio.
Los que de corazón se quieren sólo con el corazón se hablan.