En la obediencia está la paz de todas las cosas; a Dios primero, a la razón y a la justicia.
Aprende a obedecer antes de aprender a ordenar.
Haz lo que decimos y no hagas lo que hacemos.
Obedecer es el deber nuestro, es nuestro destino, y aquel que no quiera someterse a la obediencia será necesariamente despedazado.
Es muy difícil someter a la obediencia a aquel que no busca mandar.
El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor.
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.
No puede terminarse con la explotación del pobre por medio de la destrucción de unos cuantos millonarios, sino eliminado la ignorancia del pobre y enseñándole a no cooperar con sus explotadores.
Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.
No hay camino para la paz; la paz es el camino.