Los placeres sencillos son el refugio último de los hombres complicados.
La sencillez consiste en hacer el viaje por la vida, sólo con el equipaje necesario.
En carácter, en comportamiento, en estilo, en todas las cosas, la suprema excelencia es la sencillez.
Ningún tesoro es tan indiscutiblemente hermoso que la costumbre o la falta de cariño no puedan robarle el brillo de lo valioso; por eso me parece un arte encomiable entregarles también a las cosas cercanas y corrientes la dedicación y el cariño que concedemos a las bellezas lejanas y apartadas.
Los hombres grandes son sencillos, los mediocres ampulosos.
Es un gran hombre el que hace que cada hombre se sienta pequeño. Pero, realmente, el único gran hombre es el que hace que cada hombre se sienta grande.
El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres, donde la libertad y el amor florecen, no es una oficina ni un comercio ni una fábrica. Ahí veo yo la importancia de la familia.
La aventura podrá ser loca, pero el aventurero ha de ser cuerdo.
Admiramos las cosas por motivos, pero las amamos sin motivos.
La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.