La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.
Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.
La esencia del humorismo es la sensibilidad, una simpatía cálida y tierna hacia todas las formas de la existencia.
No hay espiritu perfectamente conformado si le falta sentido del humor.
Cualquiera que se tome demasiado en serio corre el riesgo de parecer ridículo. No ocurre lo mismo con quien siempre es capaz de reírse de sí mismo.
El amor es como los niños recién nacidos, hasta que no lloran no saben si viven.
Hay artistas que prefieren pasar por genios a pasar por estudiosos. Yo no he estudiado nunca, dicen, yo no sé cómo pinto, yo no sé cómo escribo. No lo creáis, son coqueterías de artista. El genio es una gran paciencia y el premio de un gran trabajo.
El verdadero carácter siempre aparece en las grandes circunstancias.
La admiración no interroga nunca, con admirar comprende.
Mujeres: no os enamoréis nunca de un hombre de genio porque al genio, en casa, sólo le queda el mal genio.