Dicen que me burlo de todo y me río de todo, porque me burlo de ellos y me río de ellos, y ellos creen serlo todo.
La potencia intelectual de un hombre se mide por la dosis de humor que es capaz de utilizar.
Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.
No hay espiritu perfectamente conformado si le falta sentido del humor.
Cualquiera que se tome demasiado en serio corre el riesgo de parecer ridículo. No ocurre lo mismo con quien siempre es capaz de reírse de sí mismo.
El hombre que no puede admirar nada, y que de ordinario no se maravilla de nada prosternándose en muda adoración..., es como unos lentes sin ojos detrás.
La mejor característica de un libro es que provoque reacciones en el lector y le empuje a actuar.
De nada le sirve al hombre lamentarse de los tiempos en que vive. Lo único bueno que puede hacer es intentar mejorarlos.
La educación y la cortesía abren todas las puertas.
Puede ser un héroe tanto el que triunfa como el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate.