El valor de un acto realizado reside más en el esfuerzo por llevarlo a cabo que en el resultado.
Dios mío, dame el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, la serenidad para aceptar las que no puedo cambiar y la sabiduría para distinguir entre las dos.
El valor crece osando y el miedo vacilando.
A menudo la diferencia entre un hombre triunfador y un fracasado no son las mejores habilidades o ideas del primero, sino el valor que tuvo al apostar por sus ideas, afrontar un riesgo calculado y su voluntad de actuar.
El éxito no es definitivo, el fracaso no es fatídico. Lo que cuenta es el valor para continuar.
Los verdaderos amigos se encuentran en las desgracias.
Los dioses ayudan a los que se ayudan a sí mismos.
La rueda más deteriorada del carro es la que hace más ruido.
Nuestro carácter nos hace meternos en problemas, pero es nuestro orgullo el que nos mantiene en ellos.
Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen nada.