Quien mira demasiado las cosas ajenas no disfruta las propias.
La envidia es el más sociable de los vicios. Proviene de nuestro carácter de animales gregarios.
El rico no gozaría nada si le faltase la envidia de los demás.
A menudo hacemos ostentatación de nuestras pasiones, incluso de las más criminales, pero la envidia es una pasión timida y vergonzosa que nunca nos atrevemos a confesar.
La envidia, el más mezquino de los vicios, se arrastra por el suelo como una serpiente.
La felicidad se halla repartida mucho más equitativamente de lo que nos figuramos.
La calumnia deja en peor situación al calumniador; nunca al calumniado.
Cuando pedimos consejo lo que esperamos a menudo es más bien aprobación.
Los tiranos no han descubierto todavía cadenas capaces de encadenar la mente.