Donde hay paz y meditación no tienen cabida la ansiedad y la duda.
El signo más evidente de que se ha encontrado la verdad es la paz interior.
Los cinco enemigos de la paz que viven entre nosotros son: miedo, avaricia, envidia, odio y orgullo. Elimínelos y tendrá paz permanente.
El odio nunca es vencido por el odio sino por el amor.
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.
No puede terminarse con la explotación del pobre por medio de la destrucción de unos cuantos millonarios, sino eliminado la ignorancia del pobre y enseñándole a no cooperar con sus explotadores.
Lo mismo que un árbol tiene una sola raíz y múltiples ramas y hojas, también hay una sola religión verdadera y perfecta, pero diversificada en numerosas ramas, por intervención de los hombres.
No hay camino para la paz; la paz es el camino.