Un pueblo oprimido tiene derecho a levantarse y a romper sus cadenas en cuanto pueda.
¡Ay de los pueblos gobernados por un Poder que ha de pensar en la conservación propia!
Hay pueblos a los que se les soborna con el nivel de vida para no se paren a pensar por dónde anda el nivel de su vida.
El que es elegido príncipe con el favor popular debe conservar al pueblo como amigo.
El pueblo es aquella parte del Estado que no sabe lo que quiere.
Júzgate digno de toda palabra y acción acorde con la naturaleza; y no te desvíe de tu camino la crítica que algunos suscitarán o su propósito; por el contrario, si está bien haber actuado y haber hablado, no te consideres indigno. Pues aquéllos tienen su guía particular y se valen de su particular inclinación. Mas no codicies tú esas cosas; antes bien, atraviesa el recto camino consecuente con tu propia naturaleza y con la naturaleza común; pues el camino de ambas es único.
Vas a buscar retiros lejanos en el campo, junto al mar, en las montañas y nunca dejas de esforzarte tú mismo por satisfacer siempre los mismos deseos. ¡Qué singular es este afán, ya que siempre puedes, cuando quieres, a tu hora, encontrar un asilo en ti mismo!
Dios mío, dame el valor para cambiar las cosas que puedo cambiar, la serenidad para aceptar las que no puedo cambiar y la sabiduría para distinguir entre las dos.
Si la fama sólo llega después de la muerte, no tengo prisa en conseguirla.
Lo que no es útil para la colmena, no es útil para la abeja.