No hay más que dos especies de hombres: Una, la de los justos que se creen pecadores, y otra la de los pecadores que se creen justos.
El hombre que a los veinte años no cree en la mujer, no tiene corazón; y el que sigue creyendo en ella a los cuarenta, no tiene entendimiento.
Es mucho mejor sufrir por una mujer viva y hacer el ridículo por ella, que tener un fantasma sentado año tras año en el corazón.
El hombre es voluntad, y la mujer sentimiento. En esta nave de la vida la voluntad es el timón, y el sentimiento la vela; cuando la mujer pretende gobernar, el timón viene a ser sólo una vela.
Mujeres: no os enamoréis nunca de un hombre de genio porque al genio, en casa, sólo le queda el mal genio.
El amor es el deseo de obtener la amistad de una persona que nos atrae por su belleza.
Cuanto más alto estamos, más debemos bajarnos hacia nuestros inferiores.
De ningun bien se goza en la posesión, sin un compañero.
Si buscas el amigo perfecto, morirás sin conocer la amistad.
La naturaleza quiere que la amistad sea auxiliadora de virtudes, mas no compañera de vicios.