Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
Hay estudiantes que no aprenden a distinguir lo que es importante sino hasta mucho después de haber dejado la escuela.
Los hombres inteligentes quieren aprender, los demás, enseñar.
Nunca consideres el estudio como un deber, sino como una oportunidad para penetrar en el maravilloso mundo del saber.
Lo he dicho en otras oportunidades y lo reafirmo: la búsqueda de una vida más humana debe comenzar por la educación.
El sabio uso del ocio es un producto de la civilización y de la educación.
Gran parte de las dificultades por las que atraviesa el mundo se deben a que los ignorantes están completamente seguros y los inteligentes llenos de dudas.
Los científicos se esfuerzan por hacer posible lo imposible. Los políticos se esfuerzan por hacer imposible lo posible.
Carecer de algunas de las cosas que uno desea es condición indispensable de la felicidad.
El hombre feliz es el que vive objetivamente, el que es libre en sus afectos y tiene amplios intereses, el que se asegura la felicidad por medio de estos intereses y afectos que, a su vez, le convierten a él en objeto de interés y el afecto de otros muchos.