Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje.
La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.
La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político.
Sólo soy, sólo sigo siendo una sola cosa: un payaso. Eso me pone en un plano más alto que cualquier político.
Si no logras desarrollar toda tu inteligencia, siempre te queda la opción de hacerte político.
Los libros sólo tienen valor cuando conducen a la vida y le son útiles.
La conciencia no tiene nada que ver con la moral, ni con la ley y puede entrar con ellas en los más terribles y mortales litigios, pero es inmensamente fuerte, es más fuerte que la pereza, que el egoísmo, que la vanidad.
Se denomina "carácter" al hombre que tiene algunas opiniones e ideas propias, pero que no vive de acuerdo con ellas. Sólo de cuando en cuando deja finamente vislumbrar que piensa de otra manera, que tiene opiniones propias.
Una y otra vez se aferra uno a las cosas a las que ha tomado cariño y piensa que se trata de fidelidad, pero es sólo pereza.
Lo que nunca deseo, ni siquiera en los peores momentos, es un estado intermedio entre lo bueno y malo, una especie de término medio tibio y soportable. No, preferible exagerar el arco -mejor un martirio aún peor y en compensación los momentos felices tanto más esplendorosos.