Las dichas y las desdichas suelen andar tan juntas, que tal vez no hay un medio que las divida: andan el pesar y el placer tan aparejados, que es simple el triste que se desespera y alegre el que se confía.
Cuando la tripulación y el capitán están cordialmente compenetrados, es preciso un temporal y más que un temporal para lanzar la nave contra la tierra.
Aparta la imaginación de los sucesos adversos que te podrán venir; que el peor de todos es la muerte, y como ésta sea buena, el mejor de todos es morir.
Suceda lo que suceda, aun en los días más borrascosos, las horas y el tiempo pasan.
Lamentar un infortunio pasado, y que no existe, es la más segura vía de crearse otro infortunio. Los grandes sufrimientos se exacerban a la vista de lo que podría aliviarlos.
Sólo conoce el amor quien ama sin esperanza.
No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos.
Sólo la fantasía permanece siempre joven; lo que no ha ocurrido jamás no envejece nunca.