La calumnia deja en peor situación al calumniador; nunca al calumniado.

El mal de la calumnia es semejante a la mancha de aceite; deja siempre huellas.

La calumnia es como una avispa importuna, contra la cual no se debe hacer ningún movimiento si no se está seguro de destruirla.

La felicidad se halla repartida mucho más equitativamente de lo que nos figuramos.

Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia.

Cuando pedimos consejo lo que esperamos a menudo es más bien aprobación.

Los tiranos no han descubierto todavía cadenas capaces de encadenar la mente.