Mantener el cuerpo con buena salud es un deber. De lo contrario, no seremos capaces de mantener nuestra mente fuerte y clara.
Todos y cada uno de nosotros hemos de pensar constantemente, por nuestro propio interés, en mejorar nuestro cuerpo y dedicar más tiempo a adquirir y mantener ese objetivo esencial que es la buena forma física.
Pensado para proporcionarle flexibilidad, gracia y habilidad que se reflejarán inconfundiblemente en el modo de caminar, jugar y trabajar.
El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas; y los sentimientos, los caballos.
Tu cuerpo es templo de la naturaleza y del espíritu divino. Consérvalo sano; respétalo; estúdialo; concédele sus derechos.
¿Cómo puedes llegar a conocerte a ti mismo? Nunca por la reflexión, sino esforzándote y tratando de cumplir tu deber, sabrás en seguida qué pensar de ti.
Vale más hacer la cosa más insignificante del mundo que estar media hora sin hacer nada.
La máxima infelicidad, como la máxima felicidad, modifica el aspecto de las cosas.
Saber no es suficiente; tenemos que aplicarlo. Tener voluntad no es suficiente: tenemos que implementarla.
El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas.