Cualquiera puede enfadarse. Eso es fácil. Pero enojarse con la persona que se debe, en el grado debido, a la hora precisa, por el motivo justo y de la manera correcta ... eso no es fácil.
Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.