Mi trabajo es cantar todo lo bello, encender el entusiasmo por todo lo noble, admirar y hacer admirar todo lo grande.
No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura.
Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree.
El que no posee el don de maravillarse ni de entusiasmarse más le valdría estar muerto, porque sus ojos están cerrados.
Los años arrugan la piel, pero renunciar al entusiasmo arruga el alma.
El carácter es una voluntad fuerte dirigida por una conciencia tierna.
Cuanto más siniestros son los deseos de un político, más pomposa, en general, se vuelve la nobleza de su lenguaje.
La cara no es jamás opaca del todo; el alma se muestra a través de sus muros.
La experiencia no es lo que sucede al hombre. Es lo que el hombre hace con lo que le sucede.
Todos los hombres son dioses para su perro. Por eso hay gente que ama más a sus perros que a los hombres.