El hombre que ha cometido un error y no lo corrige comete otro error mayor.
Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él.
El hombre se precipita en el error con más rapidez que los ríos corren hacia el mar.
La historia se repite. Ese es uno de los errores de la historia.
Sólo el hombre íntegro es capaz de confesar sus faltas y de reconocer sus errores.