Los fanatismos que más debemos temer son aquellos que pueden confundirse con la tolerancia.
Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema.
Si entre las muchas verdades eliges una sola y la persigues ciegamente, ella se convertirá en falsedad, y tú en un fanático.
Un fanático es un individuo que tiene razón aunque no tenga razón.
El fanatismo consiste en redoblar el esfuerzo cuando has olvidado el fin.
Un ser humano es libre, no cuando el otro no lo es, sino cuando el otro lo es también.
Es porque reconocemos que el otro existe que sentimos el deseo de compartir con él la belleza de un crepúsculo, la gracia de una sonrisa, el ritmo de un poema, un recuerdo, un bien, una idea, un descubrimiento, un ideal, una decepción, una esperanza.
Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte
Ante las atrocidades tenemos que tomar partido. El silencio estimula al verdugo
La indiferencia, para mí, es la personificación del mal