La corona de laurel, donde quiera que aparece, es señal de sinsabores más que de felicidad.
Siempre hay un lugar en las cumbres para el hombre valiente y esforzado.
Ningún camino de flores conduce a la gloria.
Cuando más grande es vuestra gloria, más cerca estáis de vuestra declinación.
El trabajo en equipo es lo que los Empacadores de Green Bay eran todo. Ellos no lo hacen por la gloria individual. Lo hicieron porque se amaban
El verdadero amor es como los espíritus: todos hablan de ellos, pero pocos los han visto.
Cuando nuestro odio es demasiado profundo, nos coloca por debajo de aquellos a quienes odiamos.
Si no tenemos paz dentro de nosotros, de nada sirve buscarla fuera.
Para mí, la belleza es la maravilla de las maravillas. Sólo los superficiales no juzgan por las apariencias. El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.
Cuando los vicios nos dejan, nos envanecemos con la creencia de que los hemos dejado.