Una manera laboriosa de no ser nada, es serlo todo; de no querer todo; de no querer nada, es quererlo todo.
Hay que querer hasta el extremo de alcanzar el fin; todo lo demás son insignificancias.
Los seres queridos que perdemos no reposan bajo la tierra, sino que los llevamos en el corazón.
La vida no consiste en tener buenas cartas sino en saber jugarlas cuando viene una mala mano.
Tanta prisa tenemos por hacer, escribir y dejar oír nuestra voz en el silencio de la eternidad, que olvidamos lo único realmente importante: vivir.
No pido riquezas, ni esperanzas, ni amor, ni un amigo que me comprenda; todo lo que pido es el cielo sobre mí y un camino a mis pies.
Las mentiras más crueles son dichas en silencio.
Sexo: lo que sucede en diez minutos es algo que excede a todo el vocabulario de Shakespeare.