Es fácil temer, pero penoso; respetar es difícil, pero más dulce.
El respeto al derecho ajeno es la paz.
La bondad es el principio del tacto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir.
El primer efecto del amor es inspirar un gran respeto; se siente veneración por quien se ama.
Tengo la persuasión de que la respetabilidad del gobernante le viene de la ley y de un recto proceder y no de trajes ni de aparatos militares propios sólo para los reyes de teatro
Amar, dar, perdonar, crear, estas cuatro palabras designan cuatro formas de iniciativa,cuatro formas de inocencia: bajo estas cuatro formas, la conciencia efectúa un movimiento eferente y directo hacia el otro o hacia el objeto, un movimiento sin retorno hacia sí mismo.
Para ser alguien aquí y ahora, hay que renunciar a ser otro, en otra parte o más tarde.
El alma que ya no es acosada por la angustia por el futuro ni por la obsesión del pasado, el alma sin fiebre, sin obligaciones, sin impetuosidad, conoce por fin el dulce abandono al presente.
La piedad es una brecha ilegal en el muro de lo implacable, de la implacable legalidad. Al perdonar al culpable, practica en el rigor inflexible del derecho la primera apertura amorosa; inaugura así el nuevo orden de la clemencia y la equidad, que es la iniciación a la gracia.
Toda la esencia del amor figura en aquel primer movimiento espontáneo y gratuito que nunca es algo debido, que no es la contrapartida de nada.