Sólo el silencio, en efecto, hace posible la escucha, es decir, la recepción en sí no sólo de la Palabra, sino también de la presencia de Aquel que habla.
El silencio debiera ser la cualidad de aquellos a quienes faltan las demás.
Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla.
El silencio es el abono que hace florecer y fructificar el alma.
El amor es sobre todo audiencia en el silencio. Gustar, es contemplar.
Educar no es dar carrera para vivir, sino templar el alma para las dificultades de la vida.
El hombre es mortal por sus temores e inmortal por sus deseos.
No desprecies a nadie: un átomo hace sombra.
Ayuda a tus semejantes a levantar su carga, pero no te consideres obligado a llevársela.
Purifica tu corazón antes de permitir que el amor se asiente en él, ya que la miel más dulce se agria en un vaso sucio.