Todos los días Dios nos da, junto con el sol, un momento en el que es posible cambiar todo lo que nos hace infelices.
Para un ser consciente, el existir consiste en cambiar, en madurar, en crearse indefinidamente a sí mismo.
Somos criaturas tan tornadizas que acabamos por experimentar los sentimientos que fingimos.
Señor, concédenos la gracia de aceptar con serenidad las cosas que no pueden cambiarse y el coraje de cambiar las cosas que deberíamos cambiar, así como la sabiduría para distinguir las unas de las otras.
Sé tú mismo el cambio que deseas ver en el mundo.
Mi felicidad consiste en que sé apreciar lo que tengo y no deseo con exceso lo que no tengo.
En el sentimiento del amor existe algo singular capaz de resolver todas las contradicciones de la vida y de dar al hombre aquella felicidad total cuya consecución es el fin de la vida.
Las mujeres saben muy bien que lo que llamamos amor sublime y romántico depende no de sus cualidades morales, sino de la frecuencia de las entrevistas, de su manera de peinarse y del color y corte de sus vestidos.
El secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere sino querer siempre lo que se hace.
El niño reconoce a la madre por la sonrisa.